domingo, 22 de mayo de 2016

COMPARTIENDO OPINIONES



En el Encuentro de Encajes de Bolillos de Sevilla el sábado 21 de mayo de 2016, de forma espontánea varias encajeras conversamos surgiendo una de tantas ideas interesantes sobre el mundo del bolillo. Se trataba sobre el "caos" de encajes diferentes y la cantidad de encajeras que hacen su encaje sin saber qué encaje hace en ese momento y qué lo diferencia con otros que haya podio hacer , y me preguntaban qué opinaba yo de ello y porqué yo siempre iba y representaba en todos sitos el Encaje Nazareno. Me decían que cuando paseaban por los encuentros les gustaba llegar a la mesa de Dos Hermanas y encontrar nuestro encaje (diferentes y nuevos trabajos pero nazarenos) y cómo podían identificar la localidad con su encaje y encontrar allí todo lo que había de este encaje, incluso escrito (libros). Me pareció muy interesante la tertulia y como en parte se trataba de nuestro encaje me pareció recogerlo aquí.
En primer lugar mi opinión es que las tertulias y foros sobre el encaje son necesarias y nos enriquecerían y nos formarían mucho, como ocurre en cualquier otra materia.
Es importante que el encaje continúe como durante siglos aportando a las mujeres ese espacio de "terapia" que le ayude y le dé fuerzas e ilusiones en su vida cotidiana. Pero además y en paralelo y sin que lo uno tenga que entrar en disputa ni en contradicción con lo otro, es importante que existan otros espacios diferentes donde como en cualquier otra materia se debata, se estudie, se investigue... sobre el mundo del bolillo. Y sobre todo se recoja por escrito (lo escrito permanece) los diferentes encajes y las localidades o zonas a las que pertenecen. Creo que en esto nos queda mucho por andar. lo importante es que ya hay encajeras que empiezan a darse cuenta de que el bolillo no es un mundo aparte ni diferente del mundo en que vivimos. Durante siglos por ser cosas de mujeres estuvo fuera de la vida pública (ni siquiera llegaron a formar gremios de encajeras cuando el encaje participaba activamente en la economía en su momento de más esplendor) pero hoy la realidad es distinta y en nada tenemos que diferenciarnos de cualquier otra materia.
Si tuviéramos más conocimientos sobre los encajes ese "caos" de encajes sin denominación, no se produciría. Vivimos un momento en que lo que da prestigio a cualquiera que hace encajes es decir que sabe hacer muchos encajes diferentes, especialmente encajes no españoles, y parece que con hacer varias muestras de un encaje, por ejemplo del encaje de Milán, ya conocemos este encaje y hablamos de él como si lleváramos toda la vida haciéndolo y estudiándolo. Son modas que no ayudan al encaje. A mí todo esto me hace reflexionar sobre qué pensaríamos si cualquier médico nos dijera que sabe de traumatología, de oftalmológica, ginecología.... todos pensaríamos que es un genio o un farsante. Cada persona puede llegar a saber o ser especialista de algo concreto, excepto los genios, pero ¿cuantos genios hay?. Creo que es importante no perder los orígenes, saber quienes somos, qué hacemos y porqué lo hacemos. Para mí primero es ser especialista de nuestro encaje, el de mi pueblo, el de mi zona, luego tener una idea general sobre los encajes de mi país y de otros países, y si luego puedes más, podrás especializarte en otro encaje (pero especializarte no es hacer tres muestras). Creo que es muy importante y necesario en estos momentos que cada pueblo o zona defienda y represente su encaje, que se recoja por escrito sus características, su forma de hacerlo, su historia, su evolución (porque los encajes también evolucionan), y que valoremos  y nos sintamos  orgullosas de nuestros encajes, porque todos, todos los encajes, sin excepción son importantes, todos aportan algo en el largo camino y la evolución de los encajes, y ninguno es más importante que otro, aunque nos lo hagan creer. ¿Es más importante un traumatólogo que un neurocirujano o un cirujano que un ginecólogo?. Tendríamos que trabajar para que no haya rivalidad ni competitividad entre los encajes.
El sábado por la noche, después del Encuentro de Sevilla fui al cine con mi marido. Vimos la película El Olivo de Icíar Bollaín y creo que la familia del Encaje de Bolillos Española necesita encontrarse y caminar juntos recuperando y respetando sus orígenes. El debate está abierto.


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